Es un hecho que las prisas nunca son buenas consejeras, ni a la hora de prepararte tus oposiciones a maestro o profesor, ni a la hora de hacer tu examen o defender tu programación ante un tribunal. Y de eso te vamos a hablar hoy en Campus Docentes.
Vísteme despacio, que tengo prisa
Sí, ya lo sabemos, que no es nada fácil ponerse delante de un Tribunal y defender una programación, y que genera un montón de nervios… pero hay que tener la cabeza fría y pensar en que por hablar atropelladamente no lo vas a hacer mejor.
Y esto es algo que te debes tomar muy en serio, pues causa muy mala impresión un opositor que se líe al hablar y que no sea coherente. Y ocurre más habitualmente de lo que puedas pensar, te lo garantizamos.
No se trata de correr mucho a la hora de defender tanto tu programación como tus unidades didácticas, sino de hacerlo bien. Por eso, vocalizar bien, tener buena dicción y hacer una exposición calmada y medida al segundo es lo que mejor te va a funcionar.
Habla con calma, sabes perfectamente cómo lo tienes que hacer
Hasta llegar aquí has recorrido un largo camino en el que te has preparado con tu preparador de Campus Docentes, y que te ha dado todas las pautas que necesitas para hacerlo genial. Todo lo que tienes que hacer ahora es poner en práctica lo aprehendido.
Así que, respira hondo, tómate tu tiempo para comenzar a exponer, y hazlo con pausa. Vocaliza y desarrolla todo lo que tienes en tu guión. No se trata de otra cosa más que de comunicar al tribunal cuál es tu propuesta y porqué es la mejor.
Un buen consejo: no seas plano al hablar. Vale que estás nervioso, pero esfuérzate un poco por diferenciarte del resto de opositores exponiendo como si estuvieses en una conversación. Eso lo van a valorar mucho. Juega con las entonaciones y con la potencia de tu voz, recalca aquellas cosas que consideres que son básicas o más importantes. Atrae la atención de las personas que te están escuchando.
Comunica como tú sabes hacerlo
La comunicación requiere que tanto emisor como receptor entablen una relación, y en este caso, debes ser tú quien la inicie. No seas monótono, ya que de esta manera van a prestar menos atención inconscientemente. Trata de transmitir que tu programación es correcta y que por eso mereces la plaza a la que estás opositando.
Piensa que es una práctica de cómo, luego, tendrás que ponerte ante una clase con alumnos, así que los miedos están completamente fuera de lugar. Además, ganarás muchos puntos si haces una exposición amena.
No temas quedarte sin tiempo
Para no quedarte sin tiempo tienes tu guión. Un fallo muy habitual es el hablar muy rápido para poder decirlo todo, pero, si sigues el guión (y lo has planificado bien) eso no será un problema.
Es verdad que si pierdes tiempo en cuestiones que no son importantes puedes quedarte a medias, pero también si acabas antes corres el riesgo de hacer una mala exposición. La virtud, como dice Aristóteles, está en el medio. Y el medio es, simplemente, seguir a rajatabla tu guión.
Por esa razón es importante que practiques antes del día de tu exposición ante el tribunal, y si puedes, grábate en vídeo para ver cómo es tu comunicación no verbal (y la verbal también, por supuesto). Así verás si hablas muy rápido, en cuyo caso, una buena idea es reducir el número de, valga la redundancia, ideas a transmitir. Es mejor sintetizar.
Relájate
Los nervios traicionan, lo sabemos. Pero no caben en esta exposición. Así que relájate, cuenta hasta 10, respira hondo y comienza a hacer lo que sabes.
En Campus Docentes podemos ayudarte. ¿Hablamos?