¿Eres un buen maestro- opositor?

eres un buen maestro opositor (1)

No, no es una pregunta extraña. Si eres maestro y opositor, entonces desde Campus Docentes queremos hacerte esta pregunta, y más aún, cuando respondas, y solo entonces, empieza a leer este artículo. 

¿Eres capaz de enamorar al tribunal que te evalúa en las oposiciones?

Seguro que te han dicho alguna vez que eres encantador o encantadora, y que caes genial, pero la verdad, eso te va a valer de poco delante de un tribunal ante el que tengas que exponer. Por eso, en este artículo te vamos a mostrar algunas formas de enamorar al tribunal que te evalúa. 

Echa un vistazo. 

En lo referente a los alumnos

Algo que van a tener que evaluar los componentes del tribunal será cómo lidias con los alumnos. Al fin y al cabo, vas a trabajar con ellos a diario, ¿no? Y tienes que saber trabajar con todos y cada uno de ellos. Así que si eres capaz de demostrar que puedes hacer lo que señalamos a continuación, tienes mucho ganado. 

  • Demostrar tu pasión por aprender y por la enseñanza: Parte de tu trabajo como maestro de infantil o primaria es animar a tus alumnos a que aprendan, para lo que tienen que ver en ti ese entusiasmo que sabemos que tienes por enseñar. Además, tendrás que poner a disposición de tu clase las herramientas necesarias para que aprendan. 
  • Reforzar a tus alumnos: Esto no es más que sacar la motivación que llevan dentro, debes reforzar cualquier pequeño acto que hagan y que les permita aprender y aprehender, que es igual de importante. También tendrás en tu trabajo una parte más emocional, ya que será importante que aprendan a trabajar y gestionar con sus emociones y escucharles, saber qué les interesa y cómo aprenden mejor. 
  • La implicación con tus alumnos es básica: Y esto también se lo tienes que demostrar al tribunal, que eres capaz de hacerlo. Tienes que estar atento al grupo, pero también a cada pequeño o pequeña. El trabajo en grupos cohesionados es muy importante.
  • Deben experimentar lo que aprendan: Y de eso tú serás el responsable. ¿Serás capaz de hacerlo? Esas experiencias les ayudarán a que apliquen a su vida cotidiana lo que aprenden en clase.
  • ¿Les podrás ayudar a su desarrollo personal?: Eso es algo que también quiere saber el tribunal, y cómo lo puedes hacer. Piensa que esos chicos y chicas que tendrás en clase, en el futuro serán adultos y que su educación ha pasado por tus manos, una educación que no solamente es formal, sino personal.  

¿Y con respecto a enseñar? ¿Qué hay que demostrar?

Pues también serán varias cosas las que tendrás que transmitir al tribunal. Si tenemos en cuenta que seremos durante al menos un curso la persona en la que van a fijarse los alumnos, hay que tener cuidado con determinadas cuestiones. 

En primer lugar, debes demostrar a tus alumnos (y al tribunal) lo mucho que te gusta aprender. Como maestros, es imposible permanecer ajenos a lo que tenemos a nuestro alrededor. Debemos ser capaces de ayudar a los pequeños a integrar esa realidad en sus vidas, así como a aplicar sus conocimientos adquiridos. 

Otra cosa que también quiere ver el tribunal en el maestro- opositor es las ganas de innovar. Tenemos que demostrar a sus componentes que de forma constante vamos a tratar de aprender metodologías y técnicas que ayuden a aprender a los alumnos, así como que incorporaremos recursos distintos para enriquecer su experiencia, pero también la nuestra. 

¿Qué valores aportarás a tus alumnos? Aunque puedas pensar que esto no es importante, lo es, y mucho. Piensa que tus valores van a llegar a tus alumnos aunque tú no quieras, y debes ayudarles a que ellos creen los suyos propios. 

¿Y las aptitudes del profesional? ¿Dónde quedan?

Evidente, también deberás demostrar ante el tribunal que estás cualificado para ejercer como maestro de primaria o de infantil. 

Para ello, conocer bien el currículum, es decir, conocer aquello que vamos a enseñar, pero también cómo progresa, de modo que podamos diseñar procesos eficaces que permitan conseguir nuestro objetivo. Igualmente, también hay que demostrar que sabes comunicar, ya que esta va a ser la herramienta fundamental con la que vas a trabajar. 

Igualmente debes demostrar que puedes manejar a un grupo de niños y niñas. Si no sabes o no puedes, va a ser complicado que des clase. Además, la planificación es básica. A la hora de dar clases deberás escoger bien cómo utilizar los recursos que tienes a tu disposición, es más, tendrás que elegir cuáles vas a utilizar. Y esto es un ejemplo nada más. 

¿Eres capaz de trabajar en equipo? Pues si no, más vale que aprendas, ya que enseñar es un trabajo común entre padres y madres, estudiantes y docentes. 

La cosa no termina aquí, debes ser capaz de demostrar que tienes recursos que usar en clase para tus alumnos. Recursos de todo tipo y condición, y créenos, los vas a necesitar todos. Y más. 

Y por último pero no menos importante…tienes que demostrar también que tienes capacidad analítica y evaluar cómo funciona todas las cosas que haces, y si se puede, mejorar cualquier aspecto.

Vale, y ¿cómo lo demostramos?

Bueno, la programación didáctica es la herramienta que te va a permitir hacerlo. En ella, habrás de reflejar los principios pedagógicos que serán la columna vertebral, y con ello, cuál será tu estilo al dar clase y tu visión de la educación. 

Además, debe ser muy visible cómo están reflejados en la metodología: si usas proyectos, si explicas estrategias de gestión de alumnos, innovación… Pero la cuestión no se queda ahí, es fundamental dejar muy claro el papel de la evaluación en la programación que lleves a cabo, y cómo la realizarás. 

Otros aspectos más personales los tendrás que demostrar, simplemente, dirigiéndote a los miembros del tribunal. 

Sí, sabemos que son un montón de cosas a tener en cuenta, pero no te preocupes, que con cualquiera de los preparadores que encontrarás en Campus Docentes podrás aprenderlas.

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